La primera
abogada mexicana
Revista el Mundo del Abogado - Núm.
109, Mayo 2008
Autor: María Patricia Lira Alonso
Páginas: 40-43
Id.
vLex: VLEX-194002237
Link: http://vlex.com/vid/primera-abogada-mexicana-194002237
Resumen
María Asunción Sandoval de Zarco fue la primera mujer que estudió, en las postrimerías del siglo XIX, la carrera de abogada en México. En este texto, María Patricia Lira Alonso nos ofrece un acercamiento a la historia de esta admirable mujer.
María Asunción Sandoval de Zarco fue la primera mujer que estudió, en las postrimerías del siglo XIX, la carrera de abogada en México. En este texto, María Patricia Lira Alonso nos ofrece un acercamiento a la historia de esta admirable mujer.
Texto
Contenidos
•
Su trayectoria académica.
•
Desarrollo profesional de
María Asunción Sandoval.
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La primera abogada de nuestro país1, María Asunción Sandoval, fue parte de la
primera generación de mujeres mexicanas en realizar estudios en la Escuela
Nacional Preparatoria, en 1887-1891.2
Completado su ciclo preparatorio el 8 de enero de 1892, el prefecto superior y
secretario de la Escuela Nacional Preparatoria, Nicolás Fuentes, extendió un
certificado que acreditó a María Asunción Sandoval los estudios necesarios para
iniciar la carrera de “abogado”.
María Asunción cursó la carrera entre
1892 y 1898, como se puede comprobar en su expediente localizado en el Archivo
Histórico de la UNAM, con número de cuenta 2083.
Poco se sabe de su vida personal.
Pudimos rescatar algunos datos de comentarios de la prensa, como los del
periódico El Imparcial, donde se
refiere “su corta edad de 22 años y su agradable presencia e inteligencia al
sustentar su examen profesional”
(julio de 1898),3 dato que nos aproxima al
año de su probable nacimiento: 1876. En otra fuente, una revista de 1904,
Dolores Correa Zapata habla de las dificultades que debió vencer para llegar a
terminar sus estudios preparatorios: “Cuántas tribulaciones pesarían sobre el
enlutado espíritu de la pobre niña huérfana de madre, en el triste hogar en que
corrían las lágrimas del padre solo, triste y pobre...”4
Y agrega: “En un país de más de doce millones de almas, de las cuales como
siete millones son de mujeres, no hay más que una abogada. La que es hoy señora
de Zarco nos ofrece el rarísimo caso de ejercer su profesión de abogada sin
dejar de llevar cumplidamente sus sagrados deberes de excelente hija y amante
esposa”.5
Su trayectoria
académica
La licenciada Sandoval es un icono
de la mujer mexicana en la historia de la educación superior. Transcurridos 140
años de la fundación de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), en los años
ochenta del siglo XIX, se tienen las primeras noticias de las alumnas que
ingresaron a este plantel; de acuerdo con las leyes de instrucción pública de
1867 y 1869, no había impedimentos expresos para que las jóvenes mexicanas pudieran
matricularse en la ENP.
En la primera generación femenina en la
ENP (1882-1890) encontramos a nuestro personaje, ocupando el número 12 de las
primeras 14 señoritas que ingresaron a esta escuela.6
Los estudios preparatorios incluían
“gramática española, latín, griego, francés, inglés, aritmética, álgebra,
geometría, trigonometría, rectilínea y esférica, física general, química
general, elementos de historia natural, cronologías, historia general y
nacional, cosmografía, geografía física y política, especialmente de México,
lógica y metafísica, ideología, gramática general, moral, literatura,
elocuencia y declamación, taquigrafía y teneduría de libros”.7
Una vez terminados los estudios preparatorios
pudo ingresar a la Escuela Nacional de Jurisprudencia (ENJ), siendo la primera
mujer en la historia de México en hacerlo. Cuando la joven Sandoval ingresó a
la ENJ, aún estaba ubicada en el ex Convento de la Encarnación, y no fue sino
hasta el 15 de marzo de 1908 que se inauguró el edificio que ocupó durante
mucho tiempo, en las calles de Santa Catalina y San Ildefonso, hasta la
construcción de la actual Facultad de Derecho en Ciudad Universitaria.
De acuerdo con la información que
proporciona Mendieta y Núñez sobre la historia de la Facultad de Derecho,
durante el periodo en que María Asunción cursó la carrera de abogado
(1892-1898), fungió como director Justino Fernández (del 16 de enero de 1885 al
14 de agosto de 1901).
En relación con el trato que recibió
como alumna de la ENJ, la profesora Dolores Correa Zapata, en la revista La Mujer Mexicana, criticó a los
profesores que demostraban “su pena por tener que consentir en un absurdo: el
de enseñar derecho a una mujer”. Así también exaltaba, en honor de la época,
“la actitud de los jóvenes condiscípulos de la señorita Sandoval, al no
mostrarse díscolos con ella”.8
Esa situación propiciaría una atmósfera
de equilibrio durante el tiempo en que cursó sus estudios jurídicos en la ENJ,
los cuales, conforme a la ley expedida en 1867, comprendían seis años (aunque
la ley de 1907 redujo esa licenciatura a cinco años, reforma que aún se
mantiene vigente).
Para obtener el título de abogado era
necesario, conforme a la ley del 2 de diciembre de 1867, aprobar los es-Page
41tudios preparatorios, así como los instituidos por la ENJ, que comprendían:
“Para el primer año: derecho natural y primer curso de derecho romano; para el
segundo año: segundo curso de derecho romano y primero de derecho patrio; para
el tercer año: segundo curso de derecho patrio y derecho eclesiástico; para el
cuarto año: derecho constitucional, administrativo, internacional y marítimo;
para el quinto año: procedimientos civiles, principios de legislación, primer
año en una academia teórico-práctica de derecho y práctica en el estudio de un
abogado o en un juzgado civil; para el sexto año: procedimientos criminales,
legislación comparada, segundo año en la academia teórico-práctica con un
abogado o juez civil, y seis meses de práctica en un juzgado criminal”.9
El expediente de María Asunción
Sandoval nos permite conocer que fue becada con una pensión; así lo demuestran
los documentos de la Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia e
Instrucción Pública enviados al director de la ENJ, Justino Fernández, en los
cuales el presidente de la República, Porfirio Díaz, acordaba librar a favor de
la dirección de la ENJ la cantidad de 150 pesos, con la finalidad de que la
escuela le entregara a la señorita Sandoval mensualidades de 25 pesos. María
Asunción Sandoval gozó de este beneficio desde el 19 de enero de 1892 al 18 de
febrero de 1896.10
Aprobadas todas las asignaturas de la
carrera para obtener el título de abogada, María Asunción debía escoger un
tema, formular una disertación con conclusiones y entregar ambas a un jurado
calificador. Su tesis se tituló “Derechos del hombre como base de la unidad de
legislación en el derecho civil” y está compuesta por 19 páginas. Su contenido
versa sobre cuestiones de derecho constitucional y sobre el reconocimiento de
las garantías individuales.11
La tesis comienza con unas palabras
dirigidas a los sinodales: “La solemnidad de este acto produce en mí
sensaciones tan extrañas, que al paralizar mi inteligencia y conturbar mis
sentidos, me embargan la voz impidiéndome expresar mis conceptos; y debo confesaros
que esta situación penosa y angustiada en sí misma he tenido que sufrirla
cuantas veces he intentado tomar la pluma, para hacer el estudio de la
proposición reglamentaria que estoy obligada a presentaros...”12
La alumna argumentaba que la falta de
unidad legislativa era motivo de problemas en la forma de gobierno: “En las
entidades federativas se origina una diversidad de legislación, al concederles
a éstas facultades para establecer a su arbitrio las relaciones sociales”, lo
que provocaba, a su juicio, choques, colisiones y conflictos en la aplicación
precisa de la ley y de las resoluciones judiciales.
al margen
Todo mundo se ha puesto en movimiento
para escenificar la comedia del aborto. ¿Sabrán los ministros de la Corte, el ombudsman, los activistas pro-choice, los enemigos de la
penalización y todos los que participan en ella que, a la fecha, no hay una
sola persona en prisión acusada de este delito? Entonces, ¿para qué tanto
despliegue de recursos? Lo que está por decidirse en el máximo tribunal del
país no es si las reformas que efectuó la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal se ajustan o no a la Constitución, sino algo aún más delicado: ¿debe
permitirse que una joven de escasos recursos interrumpa un embarazo no deseado
en condiciones mínimas de higiene? ¿Sí o no? El estreno de la película rumana Cuatro meses, tres semanas y tres días
puede servir de punto de referencia a quienes debatirán sobre el tema estos
días.
Rafael Ruiz Harrell, que participó en
el debate “¿Por qué está aumentando la delincuencia?”, con el que se inauguró El Mundo del Abogado, hace ya diez años
(mayo de 1998), falleció el último día de 2007. Luego de un par de sentidos
homenajes, Ana Beatriz do Santos, su viuda, organizó una festiva comida en su
casa de Cuernavaca, al término de la cual esparció las cenizas del célebre
criminólogo en el jardín. Una forma muy civilizada de encarar la muerte. Así
pidió él que se hiciera.
En la Escuela Libre de Derecho ya están
alineándose los contendientes a ocupar la rectoría el año próximo. De un lado,
Jorge Gaxiola. “Es demasiado joven”, dicen sus críticos, “demasiado
condescendiente”. Del otro, Francisco de Icaza. “Representa la vuelta al
pasado”, insisten sus detractores. En este escenario, la figura de Ismael Gómez
Gordillo parece redimensionarse.
En la Conferencia Nacional de
Procuradores, celebrada en Villahermosa a mediados de abril, llamó la atención
la renuencia de muchos de los representantes de las entidades federativas para
combatir el narcotráfico. A pesar de acuerdos y buenas intenciones, los
gobiernos locales temen hacer frente a la delincuencia organizada. Ese, dicen,
es asunto de la federación. Eduardo Medina-Mora, por su parte, acertó a señalar
que el éxito del combate contra la delincuencia organizada dependerá de que se
golpee oportunamente a la delincuencia donde más le duele: en sus recursos
financieros. Mientras leyes y acciones se concentren en decomisos y arrestos,
pero olviden detectar operaciones financieras extrañas, poco se conseguirá.
¿Qué tendrá que decir, al respecto, la Unidad de Inteligencia Financiera de la
Secretaría de Hacienda, que tan pocos logros ha tenido hasta hoy?
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Otro punto relevante de su tesis es su
aclamación del título primero de nuestra ley fundamental, al que
considera “como el cuadro más acabado de los derechos individuales”, los cuales
“garantizan la existencia de toda sociedad bien constituida”. Y todos estos
preceptos reunidos los considera como “la base y el objeto de las instituciones
sociales, que deben respetar y sostener toda ley y toda autoridad”.
El jurado de su tesis estuvo integrado
por distinguidos abogados de la sociedad porfirista. Cada uno “hizo a la
examinada las preguntas que creyó convenientes y la sujetó a disertaciones
sobre puntos difíciles de derecho”, y con “aplomo y verdadero acierto”, María
Asunción Sandoval contestó las preguntas que se le dirigieron.13
Formaron el jurado de calificación los
profesores licenciados de la Escuela Nacional de Jurisprudencia: Eduardo Ruiz,
quien en ese periodo fungía como procurador general de la nación y profesor de
derecho constitucional; Miguel S. Macedo, presidente del ayuntamiento y
jurisconsulto de la ENJ; Luis G. Labastida, catedrático de economía política;
José Algara, catedrático de derecho internacional privado; Pedro S. Azcué,
catedrático de la ENJ, y Tomás Reves, quien actuaba como suplente del sinodal
en este hecho;14 todos bajo la
presidencia del ministro de Justicia, y con la asistencia del secretario del
establecimiento, Trinidad González de la Vega, quien se encargaría de comunicar
por escrito a la pretendiente el resultado del jurado de calificación.
En la ciudad de México, el 9 de julio
de 1898, se reunieron, previa citación, en el salón de actos de la Escuela
Nacional de Jurisprudencia, los profesores licenciados, que como ya se
mencionó, integraban su jurado de calificación. Su examen duró una hora y cuarto,
y lo aprobó por unanimidad.
Este acontecimiento fue publicado por
algunos periódicos de la época, como El
Universal, el cual hace referencia a “la exquisita galantería de los
señores sinodales” al hacer sus réplicas a la sustentante María Asunción Sandoval:
“Se le conducía con el mismo rigor que cuando se trata de actos sustentados por
varones”.15 Otro diario, El Imparcial, mencionaba su “agradable
presencia y su notable modestia”, y subrayaba “el acierto y la precisión de sus
respuestas”, reflejo de los “profundos conocimientos que ha adquirido en
derecho”.16 Ambas fuentes hacen
referencia al júbilo que revestía el hecho de que una mujer obtuviera el título
de abogado.
Desarrollo
profesional de María Asunción Sandoval
De su práctica como pasante,
González Navarro destaca la sensación que causó que “una estudiante de leyes
iba a defender a un reo ante un jurado”; las crónicas no omitieron el dato de
que la abogada “vestía correctísima toilette
color marrón”, y que su continente era a la vez “reposado y resuelto”.17
El
Imparcial resaltaba su primera defensa como un
triunfo, pues “logró demostrar la inocencia de una mujer que compareció ante el
jurado popular acusada de un homicidio perpetuado en la persona de su amante”.18
Por esta brillante defensa en el ramo
penal tuvo muchas felicitaciones, de las cuales destaca la del “juez primero de
lo criminal, el licenciado Osorno”.19
Pero “por ser mujer se vio forzada a estudiar derecho civil”.20 Por su condición femenina se enfrentó a
muchas limitantes en un campo laboral donde el ejercicio de la abogacía era
exclusivamente una actividad masculina.
En 1904 María Asunción Sandoval de
Zarco comenzó a ofrecer sus servicios profesionales en “la Primera de Santísima
Número 7”, ubicada en el centro de la
ciudad de México; su horario de despacho era de “tres a cinco de la tarde” y
“ofrecía arreglar toda clase de asuntos relativos a su profesión”. Sus anuncios
de prestación de servicios salían publicados en la revista La Mujer Mexicana.21
Tenía la fama de hacer “la valerosa
defensa de más de una mujer y de algunos infelices que le deben a ella su
rehabilitación”. Respecto a sus
honorarios, como lo menciona la misma revista, “éstos no la han enriquecido a
causa de sus hábitos femeninos de dar regalado su trabajo”.22
Para 1904 la abogada María Asunción
Sandoval de Zarco comenzó a formar parte de la revista feminista La Mujer Mexicana al lado de las
profesoras Dolores Correa Zapata y Luz Fernández viuda de Herrera. La Mujer Mexicana se publicó por primera
vez en enero de 1904. Era una revista mensual, científico-literaria, consagrada
a la evolución, el progreso y el perfeccionamiento de la mujer mexicana, que
publicaba artículos de personalidades importantes de la época, como la célebre
escritora Laureana Wright de Kleinhans, las doctoras Matilde Montoya y Columba
Rivera, las profesoras Correa Zapata y Elisa Acuña, entre otras. Hacía oír la
voz y las demandas de las mujeres de la época porfirista y prerrevolucionaria.
En los editoriales de La Mujer Mexicana pedían “mejores
oportunidades educativas, salarios dignos para las trabajadoras y reformas al
Código Civil que mejoraran la condición femenina”.23
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La publicación de La Mujer Mexicana subsistió hasta el 12 de diciembre de 1906,
costaba 25 centavos y circulaba por toda la República para las miles de damas
de la época.
El 14 de febrero de 1904, junto con
Laura Méndez de Cuenca, Lilia Fernández de la Peña, Emilia Salgado, Dolores
Correa Zapata y otras, en su mayoría educadoras, formó la Sociedad Protectora
de la Mujer, cuyo objeto, según su acta inaugural, propugnaba por “el
perfeccionamiento físico, intelectual y moral de la mujer, el cultivo de las
ciencias, las bellas artes y la industria y el auxilio mismo a los miembros de
dicha sociedad”.24
El órgano de difusión de esta sociedad
feminista era La Mujer Mexicana, por
medio de la cual se sabe que “los ideales de la Sociedad Protectora de la Mujer
tuvieron muy buena acogida en todas las clases sociales”, lo que propició que
el número de sus miembros aumentara.
Por medio de la revista sabemos de “la
simpatía que por ella tuvo el gobierno”, pues el señor Ramón Coral, entonces
secretario de Gobernación, “se digna protegerla dándole una imprenta”; del
mismo modo, el señor Miguel Martínez, director general de Instrucción Primaria,
“se sirvió conceder el teatro de la Dirección de Instrucción, para salón de
sesiones”.25
María Asunción Sandoval es un icono en
la historia de las abogadas, pionera como profesionista y precursora del
movimiento feminista en nuestro país.
Según datos del Programa Universitario
de Estudios de Género (PUEG), en un estudio de 2007 titulado “Presencia de
mujeres y hombres en la UNAM: una radiografía”, el porcentaje de mujeres en
estudios de educación superior es de 50.4% por 49.6% de hombres. De la misma
manera, las matrículas femeninas en otras instituciones de educación superior
de nuestro país han aumentado considerablemente.
Este artículo es un modesto homenaje a
la primera mujer que cursó la licenciatura en derecho y una celebración de los
110 años del ejercicio de la abogacía por mujeres en México.
---------
[1]
La autora es alumna de la especialidad en derechos humanos del posgrado de la
Facultad de Derecho y abogada de la Defensoría de los Derechos Universitarios
de la UNAM. Este trabajo surgió a raíz de los 450 años de la fundación de la
Universidad, con la idea de responder a una inquietud: quién fue la primera
mujer que estudió la carrera de derecho en nuestro país. El trabajo fue
asesorado por la maestra de filosofía del derecho de la Facultad de Derecho de
la UNAM, María del Pilar León Uribe.
[2]
Historia académica de María Sandoval,
libro 186, número de cuenta: 2083, México, AHUNAM, Fondo de la Escuela Nacional
Preparatoria.
[3]
“La primera abogada mexicana. Aprobada por unanimidad”, El Imparcial, 11 de julio de 1898, p. 3.
[4]
“La Sra. Lic. María Asunción Sandoval de Zarco”, La Mujer Mexicana, México, tomo I, núm. 10, octubre de 1904, p. 1.
[5]
Ibidem, p. 2.
[6]
María de Lourdes Alvarado, “Abriendo brecha. Las pioneras de las carreras en
México”, Revista de la Universidad
Nacional Autónoma de México, México, núm. 59, septiembre de 2000, p. 11.
[7]
Ley Orgánica de Instrucción Pública en el
Distrito Federal, artículo 24, 2 de diciembre de 1867. Es importante
mencionar que esta ley tuvo pequeñas reformas en años posteriores, por lo cual
varían muy poco las asignaturas que se impartieron en este periodo. La reforma
más significativa ocurrió en enero de 1907 cuando cambiaron los planes de
estudio de las instituciones de educación superior.
[8]
“La Sra. Lic. María Asunción Sandoval de Zarco”, art. cit.
[9]
Mendieta y Núñez, Historia de la Facultad
de Derecho, 2ª ed., anexos, cuadro sinóptico núm. III, UNAM, México, 1997.
Este cuadro muestra la organización de los estudios jurídicos en la Escuela
Nacional de Jurisprudencia, conforme a las leyes de 1867 a 1907.
[10]
Cf. expediente 2083, Fondo Histórico
del CESU, UNAM. Se revisaron 12 oficios de la Secretaría de Estado y del
Despacho de Justicia e Instrucción Pública enviados al director de la Escuela
Nacional de Jurisprudencia.
[11]
Se puede ver un ejemplar original de esta tesis en el Fondo Reservado de la
Hemeroteca Nacional.
[12]
María Asunción Sandoval, “Derechos del hombre como base de la unidad de
legislación en el derecho civil. Tesis que presenta la alumna de la Escuela
Nacional de Jurisprudencia para obtener el título de abogado”, Biblioteca
Nacional, UNAM, México, 1898. p. 2
[13]
“La primera abogada mexicana. Aprobada por unanimidad”, art. cit.
[14]
La información sobre los sinodales que presidieron el examen profesional de
María Asunción fue recopilada del profesorado de la ENJ, del cual hace mención
el doctor Mendieta y Núñez en su libro Historia
de la Facultad de Derecho, pp. 136-147; y la información de los cargos
públicos de algunos de ellos fue confrontada con la que publicó El Universal el 12 de julio de 1898, p.
4
[15]
“La primera abogada mexicana. Recepción de la Srita. María Sandoval”, El Universal, 12 de julio de 1898, p. 4.
[16]
María de Lourdes Alvarado, op. cit.,
p. 16, nota 5. Cf. “La primera
abogada mexicana. Aprobada por unanimidad”, art. cit.
[17]
Moisés González Navarro, “El Porfiriato. La vida social”, en Daniel Cosío
Villegas, Historia moderna de México,
Hermes, México, p. 414.
[18]
El Imparcial, op. cit., p. 3, nota 14.
[19]
Idem.
[20]
Vivian M. Vallens, Working Women in
México During the Porfiriato, 1880-1910,
Master Thesis, California State University, Long Beach, San Francisco,
California, 1978, p. 15.
[21]
“Anuncio. Lic. María Sandoval de Zarco”, La
Mujer Mexicana, México, febrero de 1904, p. 16.
[22]
“La Sra. Lic. María Sandoval de Zarco”, La
Mujer Mexicana, México, enero de 1904, p. 1.
[23]
Graciela Hierro, De la domesticación a la
educación de las mexicanas, 5a ed., Torres Asociados, México,
2002, p. 67.
[24]
“Acta Inaugural”, La Mujer Mexicana,
México, Junio de 1904, p. 10.
[25]
Idem.
Patricia: muy interesante el artículo que presenta y más porque utilizó la otra herramienta aprendida en clase (Vlex).
ResponderBorrar¡Saludos!
César